domingo, 16 de febrero de 2014

Whistler también es lugar para no esquiadores

Después de haber pasado ya nueve meses en Vancouver, no haber visitado todavía Whistler era un crimen. Whistler es considerada por muchos la mejor estación de esquí de Norteamérica. Es la más grande, con más de 200 pistas de esquí en dos montañas diferentes: Whistler y Blackcomb. Cuenta con 38 teleféricos que permiten ascender a 1.609 metros sobre el nivel del mar, y con capacidad para albergar a más de 60.000 esquiadores por hora. Además, junto con Vancouver, fue sede de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2010.

A menos de dos horas por carretera de Vancouver, el principal inconveniente de Whistler es el precio. Tiene fama de caro. Y de hecho lo es. Los hoteles a pie de pista no son nada baratos y pasar un día aprendiendo a esquiar asciende a casi 300$, entre las clases, el alquiler de los esquís y el pase. Por eso no es el lugar más conveniente para los neófitos, ya que en el entorno de Vancouver existen otras pistas como Cypress, Seymour o Grouse Montain, más modestas pero suficientes para dar los primeros pasos en la nieve, y donde podrás ahorrarte unos 100 euros al día.



Pero Whistler también es lugar para no esquiadores. Subir a las montañas en los teleféricos y disfrutar de las vistas en las distintas paradas merece y mucho la pena. Apreciar la inmensidad de las montañas, sobrevolar los bosques, ver a los esquiadores diminutos a lo lejos y el paisaje nevado es una maravilla que cuesta en torno a 50$. Por ese precio puedes utilizar tanto las góndolas, como las telesillas durante todo el día y las veces que quieras.

Para subir a Whistler, puedes alquilar un coche o ir directamente en autobús. Hay varias empresas que ofrecen este servicio. Yo fui en el Snowbus, que si tienes carné de estudiante o de alberguista internacional te sale por 40$ ida y vuelta. Una vez arriba, decidimos alojarnos en el albergue internacional, que es el único alojamiento económico en Whistler (42$/persona). Las instalaciones están muy bien, pero está a 8 kilómetros del centro (está bien comunicado en bus urbano, que funciona hasta las 3 de la mañana los fines de semana) y, claro, como es albergue, tienes que compartir habitación y baño con desconocidos.



Aquí os dejo unas fotos para que podáis ver el paisaje. Un Whistler la temperatura estaba a pocos grados bajo cero, pero arriba de todo debía estar bastante más frío. Las manos se me congelaban al quitarme los guantes para hacer las fotos.

Naturaleza en estado puro...
Whistler acogíó las Olimpiadas de invierno de 2010
Parking de tablas de snowboard en una de las paradas del teleférico
Los bosques de Whistler a vista de páfaro desde el teleférico

Aunque hacía frío, se necesitaba nieve artificial

Vista del pueblo de Whistler con las montañas al fondo

Esquiadores deslizándose por una de las pistas de Whistler

Empinada subida inicial con el pueblo de Whistler al fondo
El teleférico te eleva hasta un kilómetro de altura
Sobrevolando en medio de la naturaleza de Whistler
Más naturaleza y más altura
Las vistas son impresionantes y rezuman paz y tranqulidad
Más vistas inmensas de naturaleza en estado puro
Una de las góndolas del teleférico
Una vista de los esquiadores y las telesillas
Ver las enormes coníferas tan diminutas, impresiona...
Una de las góndolas permite divisar el paisaje desde el suelo
El bosque visto desde lo alto
El mismo bosque, pero más de cerca
Y seguimos camino del cielo
Árboles y nieve es la tónica de las montañas de Whistler
Esquiadores disfrutando de las vistas de Whistler
Un nuevo parking de tablas de snowboard
Una telesilla con impresionantes vistas al fondo
Columna de telesillas
Vista de una de las pistas con el pueblo de Whistler al fondo
Un parque con pequeñas hogueras para calentarse del frío
Aunque algunos dan un paseo en pantalón corto a -7ªC
La llegada de los esquiadores a Whistler, desde el pueblo 
Aquí los niños empiezan a esquiar desde muy pequeños
Típica estampa en Whistler de jóvenes con tabla de snowboard
Niños jugando sobre un río congelado en Whistler

viernes, 7 de febrero de 2014

Estudiar en un college de Canadá

En Canadá, a diferencia de en Estados Unidos, los colleges no son universidades, sino instituciones educativas que ofrecen programas de educación post-secundaria y que no llegan a tener la categoría de estudios universitarios. Realmente se denominan community colleges y son escuelas técnicas, similares a los FP de España, pero quizás con un mayor prestigio. Muchos de ellos, además de programas más especializados, también ofrecen cursos de inglés para extranjeros, pero en España no son tan conocidos como las escuelas de inglés, que es con las que suelen trabajar la mayoría de las agencias.

Una de las principales diferencias entre un college y una escuela de inglés  es que el college está regulado por el Gobierno. En British Columbia la entidad que se encarga de hacerlo es el PCTIA. Así, todos los programas que imparten tienen que estar debidamente aprobados por la consiguiente consejería de educación y los profesores contar con la formación apropiada para dar las clases. Además, como imparten otro tipo de programas especializados, en los campus también puedes conocer canadienses.

En los colleges puedes encontrar títulos de todo tipo, especializados en áreas muy diferentes. Y muchos de ellos incluyen prácticas profesionales pagadas, lo que te permite conseguir un permiso de trabajo co-op. Y tienes desde cursos de unos pocos meses a cursos de dos o más años.

Algunos college también ofrecen clases de inglés para extranjeros
Lo malo de los colleges suele ser el precio. En Canadá la educación es cara, especialmente para la mente de un español, que está acostumbrado a estudiar gratis en la educación pública o por unos precios muy inferiores a los que te encuentras por aquí. Además, tanto en universidades como en colleges, ya sean públicos o privados, tienen precios diferentes para canadienses y para extranjeros. Y la diferencia es abismal. En las universidades públicas a un extranjero le cuesta un curso hasta cinco veces más que a un canadiense.

Pues bien, hace un mes que he empezado a trabajar en uno. Se trata de un college que ha cambiado de dueños hace algo más de un año y se encuentra en una fase de reestructuración de todos los programas para darle una nueva orientación e incorporar nuevos estudiantes. Y ahí entro yo, para abrir mercado en España y América Latina y para atender a los estudiantes iberoamericanos que se matriculen.

Me está pareciendo una experiencia muy interesante. Ver cómo se diseñan los distintos programas, cómo es todo el proceso, desde la plasmación en un papel de los contenidos, a solicitar las correspondientes autorizaciones al PCTIA o establecer relaciones con nuevos partners. Claro que el idioma sigue siendo un hándicap, pero asistir a las reuniones semanales, y que tengan en cuenta tus aportaciones y sugerencias es muy gratificante. Y por supuesto, en lo que se refiere a los mercados de mi competencia soy el rey, porque aquí nadie más habla español ni portugués, ni conoce nuestra forma de ver las cosas. En fin, muchas cosas que aprender. Y que se hacen todavía más interesantes cuando el equipo está formado por gente de diferentes nacionalidades y con distinto background. Además, las reuniones son una auténtica prueba de fuego para mi listening. :P

Por el momento estoy a media jornada, porque todavía no han empezado todos los curso ni hay ningún estudiante que hable español o portugués, pero con la intención de hacerme full time en cuando esté a pleno rendimiento.

Pues ya sabéis, si estás buscando un curso de inglés en Vancouver o tienes un nivel alto y quieres ver otras opciones como un programa de Hospitality Management o de Desarrollo de Aplicaciones Web para Móviles ya estás tardando en escribirme o en preguntarle a tu agencia por el Cornerstone International Community College of Canada. :P Afortunadamente, como se trata de programas nuevos y el college está abriendo nuevos mercados en estos momentos existen promociones con precios mucho más asequibles.